Los equipos WorldTeam están analizando como locos el rendimiento de los jóvenes talentos del pelotón, pero… ¿qué sucede con las féminas? El ciclismo femenino no parece estar afectado a ese mismo nivel: se buscan jóvenes talentos, pero no con tanta intensidad ni con tanta precocidad. Eso sí, España cuenta con una ventaja importante: ha aparecido una generación de oro.
Los focos están puestos sobre Paula Ostiz. Y lo cierto es que la campeona de España lo merece por sus resultados nacionales y por sus resultados internacionales. Movistar supo apostar a tiempo y fichar a una corredora que tiene una pinta extraordinaria y a la que, sin duda alguna, hay que citar como líder de toda la generación que viene brillando en toda Europa.
Además, el nuevo Grand Prix Valromey Tour Femenino ofreció dos clásicas de máximo nivel de exigencia. Y allí vimos a otras dos corredoras españoles peleando con la elite mundial de tú a tú y sin ningún tipo de complejo. Lidia Castro fue quinta en la primera de las clásicas y tercera en la segunda de las mismas. No hay que olvidar un dato: fue cuarta en el campeonato de España, por lo que su resultado fuera de España casi fue peor que en la carrera de casa, lo que viene a demostrar que en una prueba como el campeonato nacional hay un nivel competitivo similar al de una clásica UCI internacional en Francia. Y en el caso de Lidia no hay que olvidar que esta misma corredora fue décima en Gevaudan Occitanie.
Las clásicas francesas aportaron otra buena noticia para el ciclismo nacional. Irene Moreno llegaba tras una grave lesión que la tuvo casi dos meses fuera de las carreteras. En el principio de año había sido quinta en la clásica internacional de Jaén, pero ese tipo de parones forzados siempre significan una dificultad añadida a la hora de recuperar el golpe de pedal, Y en Francia lo ha certificado siendo 15ª y 18ª, pero siempre en el grupo cabecero y solo con un resultado menos llamativo por el sprint. Con pocos entrenamientos, ya vuelve a estar con las mejores.
Y esta nómina de generación de oro se limita a las corredoras que han brillado en Valromey, puesto que otras como Alejandra Neira no compitieron en las clásicas francesas, pero ya subió al podio en carreras del nivel de Gevaudan Occitanie, prueba de la Copa de las Naciones. Lo dicho, España tiene ahora mismo una generación de oro en su categoría júnior.