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Tour de Francia: llanuras, carreteras estrechas y… ¿viento?

El Tour de Francia ofrece a los aficionados una segunda etapa que puede variar mucho dependiendo del deseo del dios más caprichoso en el mundo del ciclismo: Eolo. Los datos son sencillos: jornada de 202 kilómetros, con salida a las 12:15 en Roskilde y meta entre las 17 y las 17:30 en Nyborg. Pero, ¿qué pasará en el camino?

La segunda etapa de la gran carrera francesa ofrecerá un primer duelo: la búsqueda entre todos los equipos pequeños de la escapada del día, pero además con ciclistas que tengan punta de velocidad. ¿Por qué? En las llanuras danesas la organización ha fijado tres puertos de cuarta categoría para dar picante a la etapa. Ahí llegarán los primeros puntos y, por tanto, un ciclista subirá al podio del día y se vestirá con el maillot de lunares.

El otro punto caliente llegará con el paso por un puente en la parte final de la etapa y la posible aparición del viento, aunque como suele ser habitual en el Tour de Francia el problema no será ese punto decisivo sino la colocación previa a ese tramo. Por lo visto hay mucha zona de carretera estrecha previa, con cambios de dirección del recorrido casi constantes… y con todos los ciclistas en plena forma. Ese cóctel suele tener un triste final: caídas.

Ese es el riesgo del día: el miedo a los abanicos suele romper el pelotón con caídas… y a partir de ahí nadie puede amarrar a un pelotón desbocado. Si todo va con calma y hay sprint hablaremos de Ewan, Jakobsen, Philipsen, Groenewegen… pero si aparece Eolo y hay caídas… todo puede suceder. El punto caliente del puente obligará a los corredores a subir durante muchos kilómetros en un tramo totalmente abierto al viento… pero no olviden los kilómetros previos.

PERFIL: LETOUR.FR

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