El sector de la bicicleta está viviendo un momento muy delicado. En apenas unos años se ha transitado desde el boom más absoluto a la crisis más devastadora. Y todo con la pandemia como factor desencadenante de las dos circunstancias: los años de vino y rosas y los años de pan duro y miserias.
La prestigiosa web Money in Sport ha realizado un completo análisis del tiovivo en el que se ha visto inmerso todo el sector del ciclismo y las bicicletas. Con la pandemia, las ventas se dispararon a niveles nunca vistos y eso generó un proceso de compras locas. Por ejemplo, en enero de 2022, PON pagó 788 millones de dólares por Cannondale. Apenas tres semanas después, KKR gastó 1.560 millones de euros en la compra de Accell (un grupo con marcas como Haibike, Winora, Ghost, Batavus, Koga, Lapierre, Raleigh, Sparta, Babboe, Carqon o los componentes y accesorios XLC). Eran los años de vino y rosas.
Sin embargo, ahora estamos viviendo el lado más oscuro de ese crecimiento disparatado. Y está afectando a todo el sector. Empresas como Campagnolo han perdido 24 millones de euros. Pero si huimos de la anécdota para mirar la globalidad, Money in Sport desgrana que las ventas de las empresas más fuertes en el sector han sido de 13.600 millones de euros en 2024, lo que supone otro descenso del 12 % con respecto a 2023.
Pero, ¿y el futuro? Para eso es interesante analizar las ventas de Shimano, puesto que todas las marcas acaban comprando los componentes al gigante de los grupos. Y ahora mismo parecemos haber llegado al suelo histórico. O dicho de otro modo: después de una subida y una bajada, las ventas han caído hasta la media histórica de los años 2014, 2015, 2016… es decir los años sin la burbuja del Covid. ¿Significará la estabilización de todo el sector? No lo sabemos. Sólo el tiempo lo dirá, pero todo apunta a que deberíamos estar viviendo el final de la caída.