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El mercado de fichajes: fusiones imposibles, rumores locos y una realidad mucho más… aburrida

El periodismo centrado en el ciclismo comete muchos de los errores que aparecen cada día en la prensa futbolera. Y, sobre todo, eso sucede en el mercado de fichajes, un período en el que todo parece valer a la hora de escribir y, por tanto, conseguir visitas: los rumores más locos llaman más la atención… y acaban sepultando las pequeñas noticias del día a día. Veamos los últimos ejemplos.

La semana final de la Vuelta a España no puede traer grandes noticias en el mercado de fichajes. Las estrellas ya tienen su futuro decidido. Y, además, estamos en un momento extraño, puesto que la atención mediática está puesta en poco más de media docena de ciclistas y todos ellos tienen contratos largos o incluso muy largos con sus actuales equipos. Sin embargo, las noticias más alucinantes han vuelto a acaparar los titulares.

Por ejemplo, hemos estado toda la semana dando vueltas a una posible fusión entre Ineos y Movistar. Este rumor surge después de semanas o incluso meses que apuntaban a una compra o fusión entre Ineos y Soudal Quick-Step. Pero todo apunta a que la realidad es mucho más… aburrida y cada equipo seguirá con su proyecto en 2024. Es más, si tuviéramos que pensar en fusiones de equipos WorldTeam, lo que deberíamos hacer es mirar al ciclismo femenino, donde sí existe un problema bien gordo a la hora de mantener financieramente algunas estructuras, lo  que ha provocado fusiones entre equipos como Jayco AlUla y Liv Racing.

El verdadero problema es que equipos como Movistar o incluso como Ineos siempre han preferido mantener una línea más discreta en su movimiento de fichajes y los anuncios llegan a última hora del año, lo que hace que mucha gente cometa trampas en sus cuentas al afirmar que estas estructuras apenas tienen poco más de una docena de corredores confirmados para 2024 cuando en realidad su composición de la plantilla está mucho más avanzada y, curiosamente, acabarán teniendo más de un intercambio de corredores entre ambas estructuras. En esa línea, especular con el posible fichaje de Jhonatan Narváez por Movistar o el de Oscar Rodríguez por Ineos es mucho menos interesante que apuntar a la fusión de los dos equipos y la creación de un megaproyecto que luchará contra los más grandes del mundo.

La situación en el seno de Jumbo-Visma es el foco del otro origen de rumores y especulaciones de la semana. Primoz Roglic y Jonas Vingegaard son dos «gallos» en un mismo corral. Por tanto, es lógico especular con que Roglic querrá irse para ser líder de un equipo en el Tour de Francia y Lidl-Trek o Ineos tienen el dinero para pagarle. Sin embargo, en el ciclismo hay un problema previo: no hay cláusulas de rescisión y si Jumbo no acepta la salida, no hay nada que pueda hacerse. Está claro que esos rumores surgen de un caldo de cultivo inicial. Ya sucedió lo mismo con la posible salida de Remco Evenepoel a Ineos. Se habló y se escribió muchísimo. Y algo debía existir cuando el propio Lefevere pidió a Ineos que no insistiera. Pero volvemos al punto número 1: si un equipo no cede, su estrella no sale. Y por el momento todos están especulando con la posible marcha de Roglic, pero nadie ha ido a preguntar a Jumbo si estarían dispuestos a venderlo, puesto que en esto se resume la situación actual. Jumbo debe poner precio a la marcha de Roglic.

Y es que la actual composición de los grandes super-equipos que copan la mayor parte del talento mundial va a originar esos mismos conflictos en el corto y medio plazo. En UAE Team Emirates, por ejemplo, apuestan por Tadej Pogacar como jefe de filas indiscutible para el Tour de Francia, algo lógico cuando tienes a un doble ganador del Tour y vencedor de otras muchísimas carreras del calendario mundial. Pero la cuestión es: ¿cuántos años estarán dispuestos Juan Ayuso y Joao Almeida a correr únicamente Giro y la Vuelta o a viajar al Tour pero solo en función de gregarios de Pogacar? ¿Uno más? ¿Dos más? Para que tengamos los datos encima de la mesa: Pogacar tiene otras cuatro temporadas por delante, como mínimo, con el equipo UAE. Almeida firmó igualmente hasta el 31 de diciembre de 2027. Y el caso de Juan Ayuso todavía es peor: atado por cinco años. ¿Cómo se solucionará esta situación? Pues es un problema que debe resolverse de forma interna con diálogo y planificación, pero que es inevitable que acabe generando en el corto plazo rumores y titulares grandilocuentes de posibles salida, de fusiones, de pagos millonarios… en busca de lo más preciado en pleno siglo XXI: la atención del público. Otra cosa bien distinta es la rigurosidad de la información.

 

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