El deporte en general, y el ciclismo en particular, es una sucesión de momentos y tiene mucho de oportuno. De estar en el sitio indicado a la hora adecuada y triunfar. O, si no triunfar del todo, al menos lograr un hito que no se tenía ni mucho menos previsto. Esto fue lo que le ocurrió a Silvan Dillier (AG2R La Mondiale) en la París-Roubaix, donde logró el segundo puesto detrás de Peter Sagan.
Que el suizo se mereció estar en el podio es algo fuera de duda. Estaba en la fuga, sobrevivió a ella y aguantó hasta el final con un Peter Sagan inmenso que acabó derrotándolo en el sprint. Pero también se puede decir que este puesto de honor ha venido ‘por accidente’. Por el de Rudy Barbier hace una semana en el Tour de Flandes, que llevó al equipo a incluir a Dillier en una carrera que no tenía prevista en el calendario.
Al menos no en última instancia. Es cierto que el ciclista helvético llevaba como objetivo del año las clásicas de piedras, pero un accidente en la Strade Bianche dio al traste con sus expectativas. Regresó en la Route Adélie de Vitré con victoria y ahora puede decir que ha estado peleando por ganar un Monumento.
congrats @petosagan for a strong win at @Paris_Roubaix. you are angel and devil in the same person. without you i wouldn’t have made it up there into the velodrome, but it’s so hard to beat you in the sprint!
— Silvan Dillier (@silvandillier) 8 de abril de 2018
very happy with my little cobblestone for 2nd place. pic.twitter.com/E7R1GxH3uX
«Es difícil describir cómo me siento. Hay algo de decepción, pero también una gran satisfacción. No pensaba en el podio y he acabado junto a Peter Sagan, el mejor corredor del mundo a día de hoy. No puedo estar descontento con el segundo puesto», dice analizando lo logrado.
Pero el tricampeón del mundo fue demasiado para él al sprint. No hay más vueltas y él mismo lo admite: «Traté de jugar la baza de mi experiencia en la pista. Cuando nos quedamos solos vi que lo más importante era que no me cogiesen atrás, así que le dije que trabajaríamos juntos y eso hicimos«, afirma.
Así que, cuando menos lo esperaba, Dillier entró a última hora en una convocatoria y desde luego ha respondido con creces ante su equipo. El suizo, con siete victorias como profesional, logra uno de los mejores resultados de su trayectoria en una prueba a la que llegó de improviso.