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Carmelo Urbano, de Coín a los Europeos: «Esto es un pelotazo»

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Foto: FAC

Si hace catorce meses le dicen a Carmelo Urbano (Coín, Málaga, 1997) que hoy estaría convocado para los Campeonatos de Europa sub23 en línea, probablemente se echaría a reír. En poco más de un año, este joven escalador ha pasado de combinar el duatlón y el MTB por Andalucía -modalidad mucho más viva en el Sur que la carretera- a medirse a los mejores jóvenes talentos de este deporte.

«Es un pelotazo. Ya en el Campeonato, después de ganar la medalla, los compañeros me lo dejaron caer. Que Momparler había venido a hablar con el equipo. Voy con muchas ganas de darlo todo y hacer todo lo que me digan lo mejor posible. Estoy motivadísimo, allí te puedes medir con cualquiera», comenta el malagueño.

Urbano, con la medalla de plata. Foto: RFEC

Huelga decir que el gran punto de inflexión para Urbano llegó en Castellón hace apenas unas semanas, en el Campeonato de España en ruta donde consiguió la medalla de plata. Un metal que logró a base de no conformarse: «Yo siempre digo que no tengo experiencia. La gente me decía, cuando se fue la fuga, que la carrera estaba hecha, yo les respondía que eso cómo iba a ser con todo lo que faltaba. Luego empezó a haber movimientos y me vi bien. Salía detrás de cada ataque, porque había un compañero delante. Saltó un corredor catalán, me pegué a él y no le pasé al relevo. Y justo vi arrancar a Elosegui. Ahí había que estar«, evoca.

El resto ya lo saben todos los seguidores del ciclismo sub23. Alcanzaron a la cabeza de carrera y se fueron solos junto a Parra. Después Elosegui arrancó y consiguió llegar: «Me sacó unos metros. Ya no me encontraba bien y no le pasaba a los relevos. Me abrió hueco en una bajada de las de dar pedales. Confiaba en recuperar un poco más y volver a encontrarme mejor, pero qué va. Íbamos los dos al límite y yo había gastado muchas balas saliendo a tanto ataque. Me mantuvo la distancia y no pude cerrar el hueco».

Las bajadas. Las malditas bajadas. Quizás, a día de hoy, su punto más débil como ciclista, pero en proceso de arreglarlo: «Lo estoy trabajando y ya he mejorado, me lo noto. No voy a sacar de rueda a nadie, pero sí aguanto a los demás y no sufro como hace unos meses, en consecuencia ahorro más fuerzas. También me gustaría mejorar los sprints. La gente me dice que no tengo ‘maldad’ para meter los codos y es verdad, tengo que mejorarlo, pero las bajadas son más importantes», comenta. Y es que ahora mismo, Carmelo es como una esponja que absorbe las enseñanzas de este deporte.

A primeros de junio se proclamó campeón de Andalucía. Foto: FAC

Porque esa falta de confianza en los sprints y bajadas tienen una explicación: la inexperiencia. Urbano empezó en la carretera, después de varios años de montaña y duatlón, en la Ruta de los Castillos y las Batallas 2017 de Jaén, a donde el Bicicletas Rodríguez-Extremadura lo llevó cedido: «Estaban buscando alguien y yo tenía ganas de probar. Le preguntaron a Pablo Guerrero. Les gustó cómo lo hice y me dijeron de seguir, y yo también me sentí a gusto y quise. Pero no sabía ir en el pelotón. Cogía las fugas e iba cómodo, pero cuando iba en el pelotón, siempre el último. Yo pensaba que allí atrás ahorraba energías, pero en realidad no hacía más que ‘comerme’ látigos. En eso también he mejorado, ahora me voy colocando mejor».

Carmelo siempre habla de sus defectos. De lo que aún le queda por mejorar. Pero también tiene puntos fuertes, y de ahí sus buenos resultados no sólo en Castellón, sino también en carreras de nivel como la Bizkaia 3E y la Vuelta al Bidasoa: «Soy escalador, pero no de los ligeros. Peso más de 60 kilos. De momento no sé si soy mejor en puertos largos o más explosivos, porque de los largos en mi categoría no hay muchos. Pero por lo que llevo hasta ahora, creo que soy mejor en esfuerzos más explosivos«, dice.

Y si tiene que elegir un tipo de carrera, se acaba decantando por las vueltas por etapas: «Creo que tengo una buena capacidad de recuperación. Eso también lo he ido mejorando. El año pasado en las vueltas amanecía el día de la segunda etapa y decía ‘¿pero esto qué es, ya estoy así de mal?’. He conseguido entrar en la dinámica y ahora recupero mucho mejor. Tampoco es que prefiera las vueltas por etapas a las de un día, pero sí creo que se me pueden dar mejor», concluye Urbano. Un joven talento que hace apenas un año pedaleaba por las sierras de su Coín natal y ahora se va a enfrentar a la elite del ciclismo sub23 europeo.

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