Mikel Aristi despega: “He recuperado la sonrisa”

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Mikel Aristi (1993) fue una de las sorpresas agradables del pasado fin de semana. El ciclista vasco, corredor del equipo Delko-Marseille, acabó el Gran Premio Costa de los Etruscos con una meritoria sexta posición final, su primer top10 como ciclista profesional.

Sobre todo, volvió a sentirse ciclista después de un año 2016 marcado por las enfermedades. Los datos son demoledores. El año pasado abandonó en Poitou Charentes, Picardie, Madrid, Turquía, París-Roubaix, Haut Var… Algo no funcionaba correctamente en su organismo. Y sólo la paciencia ha servido como bálsamo a un ciclista que está encontrando la luz al final del túnel.

“He recuperado la sonrisa. Eso es lo primero que puede decir. El año pasado fue muy duro porque no me encontraba bien. Empecé con buen tono aunque pronto enfermé y me vine abajo físicamente. Entrenaba pero no era capaz de recuperarme de los esfuerzos y muchos días, en carrera, acababa completamente muerto, con un cansancio que yo estaba seguro de que no era normal.

Una cosa es la fatiga del paso de los kilómetros y otra cosa es la sensación de estar sin un gramo de fuerza, que es lo que me ocurría el año pasado. Eran sensaciones como nunca había tenido, de estar enfermo, pero en las analíticas normales no salía nada y así resultaba complicado encontrar la solución”, explica el de Bergara.

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El corredor de Delko-Marseille vivió momentos muy complicados, puesto que pasaban los meses y no terminaba de poner el punto final a la racha negativa: “En esos momentos te pasa de todo por la cabeza. Y al final apareció que había sufrido un proceso vírico muy fuerte. El descanso del invierno me vino muy bien porque al final no hay otra solución que parar y descansar. Desde los primeros entrenamientos para este año 2017, empecé a ver que todo volvía a la normalidad y que las sensaciones eran muy diferentes”.

Esa nueva vitalidad ya empezó a verse en la doble concentración que el equipo desarrolló en las carreteras catalanas: “En la concentración invernal ya pude hacer varios entrenamientos fuertes y días consecutivos de apretar los dientes y comprobé que no tenía ese freno con el que había trabajado el año anterior. El propio equipo fue el primero que me dijo que me veían mucho mejor y que quisieron darme ánimos porque entendían que estaba saliendo del bache. Sin embargo, teníamos la duda de verlo en carrera y terminar de romper la mala racha. Y eso es lo que pasó en el GP Costa de los Etruscos. Por eso estamos todos tan contentos”.

Sobre la clásica italiana, Aristi comenta: “Fue la típica carrera que se me da bien, con mucho terreno llano, con mucho viento, con una tensión increíble… La colocación era clave y es algo que se me da mejor que a otros corredores. No soy un escalador puro. Pero esas carreras de colocación sí que me gustan. Y luego de cara al final había dos subidas, que es perfecto para mí porque me servía para que los sprinters puros lo pasaran mal.

Ahí fue donde me vi bien y donde comprendí que por fin volvía a disfrutar de la bicicleta, a sufrir todo lo que humanamente puedes, a sufrir con satisfacción. Pasé la subida bien y luego en el sprint pude acabar sexto en la carrera. Además, sé que todavía puedo mejorar mucho. La satisfacción ha sido muy grande porque te vuelves a sentir ciclista”.

Los planes del Delko-Marseille con Aristi están cambiando paso a paso. A medida que el corredor ofrece mejores sensaciones, se van ampliando el calendario y ganan en ambición los objetivos. Aristi ve lógico el planteamiento del equipo:

“El calendario ha ido cambiando poco a poco. No teníamos claro cómo iba a reaccionar el cuerpo y optaron por ser prudentes y no meter muchas carreras. Ahora viendo que estoy recuperando bien, ya me han puesto más retos y la verdad es que estoy contento. A corto plazo, voy a correr Laigueglia, en Italia. Luego haré el Tour de Provence, en Francia. Y más tarde nos iremos a la Tropicale Amissa Bongo, en África. También disputaré Loire, en Francia, así que voy a tener una mezcla interesante de clásicas y de pruebas por etapas. Es un calendario que me gusta y en el que voy a tener cierta libertad si bien eso no es lo más importante.

Lo mejor –continúa- es que me encuentro bien y que todo el equipo está en una dinámica mucho más positiva. Hemos empezado con buen pie y los resultados se están dejando notar. El año pasado empezamos con muchas enfermedades y caídas y entramos en un círculo vicioso. Y este año es todo lo contrario. Ahora sólo nos falta rematar alguna carrera, pero la línea general está siendo muy buena”.

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