Un mes de clásicas, por Imanol Erviti

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Erviti, a la izquierda, con Bennati y Arcas tras la Roubaix. Foto: Movistar Team

No hay una época igual en todo el año, todo el mundo del ciclismo mira durante este mes de abril a estas carreras. Y se miran con pasión. Cada año nos brindan batallas impresionantes.

Las Clásicas, carreras de más de 250 km, son otra historia. A partir del 220 se abre otro escenario. Son las carreras de un día más grandes del ciclismo y cómo se disputan las hacen increíblemente exigentes.

Las clásicas de abril no suponen muchos días de competición, pero sí son muy, muy intensos. En mi caso, del Tour de Flandes (2 abril) a la Lieja-Bastoña-Lieja (23 abril) y, por medio, París-Roubaix (9 abril), Amstel Gold Race (16 abril) y Flecha-Valona (19 abril). Tres Monumentos entre ellas, De Ronde, el Infierno del Norte y La Decana.

Así que hay que llegar bien preparado porque entre una clásica y otra, a pesar de que hay una semana entera, prácticamente no te da tiempo a entrenar calidad, solo recuperar. Por mi experiencia el pulso medio y vatios medios más altos de la temporada se suelen dar en estas clásicas, a pesar de lo largas que son. Unas seis horas y media en muchas ocasiones.

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Foto: Bettini / Movistar Team

Su dureza no es solo la del perfil o el rutómetro, hay que contar con la dureza de las condiciones climáticas y una tensión por la posición constante que supone un gran estrés en el grupo.

Lo tienen todo y lo exigen todo.

Por eso cualquier ganador de una de ellas es un corredor de máximo nivel y muy completo. No hay casualidades.

Los adoquines: ¡Gracias Tom!

Las Clásicas están organizadas en el calendario según sus características, primero las que tienen pavés y después las de cotas. Los equipos tienen diferencias a la hora de afrontar unas u otras, según a qué tipo de recorridos se adecuen más a sus corredores. Como en todo, hay especialistas para cada tipo de recorrido porque son necesarias diferentes características.

Pocos corredores hacen todas.

En un muro en De Ronde. Foto: Bettini / Movistar Team

En un muro en De Ronde. Foto: Bettini / Movistar Team

En las de pavés nosotros, en el Movistar Team, intentamos buscar nuestras opciones individuales, mientras otros equipos tratan de manejar la carrera para sus líderes que son valores seguros en este tipo de recorridos. Realmente admiro a estos corredores que son capaces de estar todos los años adelante, sin fallar nunca en estas carreras tan complicadas de gestionar.

Para mí este año la despedida de Tom Boonen ha marcado la temporada de pavés. Uno de los grandes con los que he coincidido, una referencia para los que le hemos visto correr Flandes o Roubaix. ¡Gracias Tom!

Las Ardenas: ¡Objetivo conseguido!

En las Ardenas, sin embargo, tenemos la suerte de tener de líder a uno de los mejores corredores de la historia en estas carreras, Alejandro Valverde.

Es un favorito claro, por lo tanto somos nosotros los que salimos con una idea de cómo nos gustaría manejar la carrera para adecuarla a nuestros intereses. Es decir que hay que ponerle el cascabel a una carrera de 260 km y 4.000 metros de ascenso entre 7 corredores, si descontamos al líder…

Eso significa mucha responsabilidad, mucho, mucho trabajo, pero también muchísima motivación.

Foto: Bettini / Movistar Team

Al frente del pelotón. Foto: Movistar Team

Qué puedo decir, este año el grupo ha trabajado muy bien y el líder ha estado esplendido así que hemos podido disfrutar de esos momentos maravillosos que llega a dar el deporte… ¡Objetivo conseguido!

Michele Scarponi: Qué duro

Pero durante estas clásicas nos ha caído un jarro de agua fría enorme. Nos ha afectado mucho. A todos. Se nota que todo el mundo del ciclismo le tenía una gran estima:

Scarponi era un señor del ciclismo, alegre y bromista sí, pero un grandísimo profesional lo primero. Con 37 años acababa de ganar una etapa en una carrera de altísimo nivel en su preparación para el Giro, imaginaros su dedicación…

Michele se hacía querer, siempre buscaba hacernos sonreír a pesar de la tensión, la competitividad y todo lo demás; era su mejor cualidad.

Siempre me ha tratado genial, con simpatía, desde la primera vez que coincidimos siendo yo un auténtico aprendiz hasta la última ocasión. No era de los que cambiaba.

Vamos a echarlo de menos y no me puedo imaginar cuánto su familia y sus compañeros.

Qué duro.

Imanol Erviti, corredor profesional del Movistar Team

PD: Ahora toca descansar:

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