Herklotz y Mamykin, dos jóvenes que buscan en Burgos su trampolín

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Foto: Veloimages

En una de las películas más famosas sobre el deporte mundial de todas las filmadas en la última década, uno de los protagonistas exclama al ver la confección final de la plantilla: «Esto no es un equipo. Es un corral de patitos feos». Esa y no otra es la filosofía de los equipos profesionales continentales. Tienen que buscar y rebuscar entre la elite del WorldTour y tratar de incorporar a los corredores que, por un motivo u otro, no hayan cuajado en la elite mundial.

En el caso de Burgos-BH, sus dos grandes apuestas para 2018 responden a un perfil muy similar: jóvenes, de indiscutible talento… pero sin haber cuajado todavía. Son patitos feos, pero tienen muchas opciones de acabar el año convertidos en preciosos cisnes que vuelen de nuevo hacia el WorldTour.

Empecemos por Silvio Herklotz. Este alemán de Berlín apenas tiene 23 años y llega al Burgos-BH después de tres años en el equipo Stolting y dos años en el equipo Bora. En su primera temporada sub23, ganó la general del Tour de Alsace ante corredores como Jan Hirt y fue octavo en el Mundial sub23. Un año más tarde ya fue sexto en el Tour de Luxemburgo, prueba 2.HC en la que superó a corredores como Frank Schleck o Bjorn Leukemans. Y volvió a ser octavo en el Mundial sub23.

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Foto: Stiehl

En 2016 acabó en las filas del equipo Bora. Todo parecía ir sobre ruedas y el mejor talento alemán para pruebas por etapas firmaba por el mejor equipo alemán. Y, sin embargo, algo se rompió en esa relación casi desde el primer momento. Para empezar, Herklotz acumuló numerosos problemas físicos, con virus y diferentes enfermedades pequeños de por medio. En 2017, la confianza del equipo en su potencial había desaparecido. Todo en Bora debía girar alrededor de Sagan y Majka. No había espacio para la libertad de un joven talento y los vínculos entre el corredor y el equipo acabaron volando por los aires. Sólo en la parte final del año tuvo cierta libertad y acabó cuarto en la general del Tour de Chequia o fue top15 en Coppa Bernocchi y Memorial Marco Pantani. El paso a Burgos-BH es, sin duda alguna, un paso atrás en su carrera. Pero también el paso atrás necesario para coger impulso.

Otro ciclista que piensa en Burgos-BH como trampolín es Matvey Mamykin. El ruso tiene igualmente 23 años y llega procedente del WorldTour. En su caso, su último equipo ha sido Katusha y la relación tampoco ha sido la mejor, puesto que el corredor se ha quejado de falta de libertad y el equipo no ha visto en Mamykin a un hombre por el que apostar a medio y largo plazo.

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Foto: Twitter

Mamykin, eso sí, tiene una calidad innata indiscutible. Fue tercero en el Tour del Porvenir de 2015, donde sólo cedió ante Marc Soler y Jack Haig. En 2016 ratificó la calidad al acabar 22º en la general de la Vuelta a España. Era su primera carrera de tres semanas y hablamos de un ciclista de sólo 22 años en ese momento, por lo que estamos ante un resultado más que interesante. Pero 2017 no ha salido como se podía esperar. El equipo le pidió que trabajara para sus compañeros y le vimos destellos más que interesantes en carreras como el Giro de Italia. Pero sus resultados individuales se vinieron abajo. Además, en la Vuelta a España sufrió una dura caída, lo que le ha obligado a estar varios meses de baja.

Las dudas del resto de equipos del WorldTour han sido claras: el mejor talento alemán no es renovado por el mejor equipo alemán. Y el mejor talento ruso no es renovado por el mejor equipo ruso (aunque de licencia suiza). Entonces, ¿por qué debo ficharlo yo? En Burgos-BH no han dudado. Han apostado por la calidad de estos dos hombres sabiendo que son apuestas de riesgo, pero sabiendo también que firman ciclistas con talento, que no han perdido la motivación por el ciclismo y que pueden ser los jefes de filas de Burgos-BH a poco que la salud les respete. La libertad y la confianza la tienen más que ganada en el equipo español.

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