Enrique Sanz: “Ser el sobrino de me ha pesado siempre”

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Enrique Sanz (1989) teme haber dado sus últimas pedaladas como profesional. Muy a su pesar, después de un año para olvidar en el Wilier-Triestina italiano –“mi peor temporada con diferencia”, afirma-. El ciclista navarro se siente con el nivel suficiente para seguir en el pelotón profesional después de cursar cinco años en la escuela del Movistar Team. Sobre sus hombros ha tenido siempre la etiqueta de ser el sobrino de Eusebio Unzue, mánager general del conjunto telefónico.

Sanz quiere seguir con un dorsal pues se ve con el nivel y la experiencia suficientes para continuar, aunque no a cualquier precio y asume que su tesitura es complicada.

¿Cuál es su situación ahora mismo?
A día de hoy, no tengo nada fijo. Llevo dos, tres semanas moviéndome por tierra, mar y aire y me estoy encontrando, sobre todo, con equipos cerrados, equipos que no tienen presupuesto… Y lo que más me fastidia es la respuesta general: “La plantilla está cerrada, es un corredor interesante pero no nos da el presupuesto, si estamos invitados a no sé qué carrera lo mismo nos hace falta uno más…”. Me estoy encontrando con estas situaciones. Te ven que estás sin nada y les fastidia no tener un hueco para ti, pero qué vas hacer, es lo que hay.

Alguna línea roja se marcará en cuanto a condiciones…
Sí, esto lo tengo más que claro. Tuve una oportunidad que no se llegó a dar sobre la mesa, me la comentaron, y no pienso a ir un equipo donde no vaya a cobrar o cobrar una miseria, correr cuatro carreras mal y sin material. Creo que tengo un pasado y creo que he demostrado que tengo sitio para estar en un Profesional Continental y dar un nivel. El otro día un equipo me cogió un currículum –hasta ahora no había tenido la necesidad de tener un currículum deportivo, y con un amigo lo hicimos en una tarde–.
Nunca había hecho recuento de mis puestos y resultados, y me salieron 55 puestos entre los 10 primeros en cinco años. Si sumamos las 36 de este año, sale a una cada seis carreras entre los 10 primeros. ¿Para qué equipo no es interesante esto? Esto frente a los mejores de España o grandes rivales como Cavendish o Kittel. Entiendo que si eres neoprofesional y quieres una oportunidad, vayas a un continental y que te paguen 500-600 euros al mes, pero yo no la contemplo esa opción. O voy a algo digno o dejo la bici. No me voy a agarrar a un clavo ardiendo.

¿Cree que le ha pesado ser sobrino de Eusebio Unzue?
Claro que sí que ha pesado. Unas veces para bien y otras para mal, pero, sin ofender a nadie, en mi opinión sí. Ya desde amateur. Fui a hacer unas pruebas al Euskaltel y la respuesta que recibí fue: “bueno, si es el sobrino de tal que le pase a profesionales él, si es tan bueno…”. Dentro del equipo no creo que haya habido nada, pero de cara a otros equipos, en mi opinión creo que sí. Creo que he demostrado tener un nivel para estar profesionales, no por ser el sobrino de. Eso me ha pesado siempre. Si no hubiese sido el sobrino de tal estaría en algún equipo hace mucho. Pero es lo que hay, para lo bueno y para lo malo.

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¿Qué resumen hace de este 2016? Entiendo que no ha sido como te hubiera gustado…
Empecé muy bien, incluso sorprendiéndome a mí mismo con mi nivel. Sin embargo, en las primeras carreras, ya empecé con la mala suerte. Piensas “con estas piernas, llegará”. Luego llegaron los problemas de espalda y los corregí… Los datos del potenciómetro y todo me decían que iba muy bien, pero aun así el equipo me dejó fuera de la San Remo. A partir de la San Remo empezó un poco todo hacia abajo. Llegaban las carreras y no rendía. Un mes tras otro, en esfuerzos prolongados no acababa de rendir. No era normal que me bajara así el nivel de repente. Me hice unas pruebas y no sabemos si estaba pasando o había pasado un citomegalovirus. Paré pero no lo suficiente, diez días, y en la última parte del año seguía la misma sensación de no ir bien salvo en momentos muy puntuales.
Así que hago una valoración pésima como temporada. La de este año, es la peor de todas con diferencia. Me va a joder dejar la bici así si la tengo que dejar por un año así como me ha salida. ¡Qué le voy a hacer! ¿Me voy a enfadar con el mundo? Si hay que dejar, se dejará… Estoy haciendo todo lo posible por seguir.

Sintió entonces una frustración enorme.
Sí, porque era un síntoma de llegar al kilómetro 120, y era matemático, no daba más. Yo comía, no era por un pajarón, era la sensación de ‘no sé qué pasa que no voy’. Creo que la presión del equipo de tener que rendir no fue buena en cuanto que no descansé lo suficiente. En agosto hice dos carreras, tenía que hacer algunas clásicas belgas y me sacaron del equipo y terminé ahí. Me dije ‘voy a descansar lo que más pueda a ver si puedo descansar bien el cuerpo y a ver si el año que viene puedo empezar a…’, pero no sé si voy a empezar…

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Los cinco años anteriores en Movistar entiendo que fueron una gran oportunidad.
Para mí, haber aprendido allí todo lo que he aprendido hace que ahora, con 27 años, me considere un corredor con experiencia porque he mamado de los mejores. Solamente el saber tirar de un grupo 160 kilómetros en una etapa, esto no lo sabe hacer cualquiera, por lo menos siendo tan eficiente como le he llegado a hacer con Lastras, José Iván Gutiérrez, Imanol [Erviti]. Que te dicen cuándo tienes apretar, cuándo no, cuándo recuperar. Al final, he aprendido mucho del trabajo de equipo y la visión de carrera, también de los corredores que están luchando las carreras. De esos cinco años me llevo deportivamente mucha información que es buena para mí.

¿Fue un disgusto salir del Movistar Team?
No, todo lo contrario. Al revés. Llevaba desde 2013 queriendo salir porque veía que estaba evolucionando mucho en la capacidad el trabajo para los demás, pero en la capacidad de trabajo para mí no estaba evolucionando nada, o apenas nada. En Movistar trabajaba y daba el 150%, pero cuando llegaban mis oportunidades no daba ni el 100%. Me estaba acostumbrando a trabajar y no es mi sitio, no soy un gregario de la talla de Imanol, Chente o Zandio, que los tenemos al lado de casa. Veía claramente que no era mi sitio y creía que era una oportunidad que no podía dejar pasar. Ha salido como ha salido pero tampoco me arrepiento de ello. Ha sido otro año, haciendo puestos, oportunidades contadas… Hay que apechugar con lo decidido y no me arrepiento.

¿Le gustaría seguir ligado al ciclismo?
Sí. Es un mundo que me apasiona. Y tengo unos estudios (Comercio y Márketing) y el carnet de director deportivo. Claro que me gustaría seguir en el mundillo.

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