El escaparate de Barceló

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Foto: Fundación Euskadi

Fernando Barceló (1996) tiene doble equipaje, el del Cofidis, como stagiare y que estrenó en la Vuelta a Burgos, y el de la Fundación Euskadi, el equipo en el que ha recuperado la ilusión por pedalear. Incluso vistió un tercero, el de la selección española, con el que se lució en la Vuelta a Asturias, tercero en El Acebo por detrás de Nairo Quintana.

El aragonés ha dejado su sello en las mejores pruebas sub23: cuarto en el Campeonato de España sub23, quinto en el Memorial Valenciaga, sexto en la Subida a Gorla o séptimo en la Vuelta al Bidasoa.

Su primera experiencia con el Cofidis fue grata en la Vuelta a Burgos. “La verdad es que acabé muy contento, tanto por la experiencia de correr en Burgos al máximo nivel como con estar con el equipo, algo nueve. Estuve a gusto. Fue como esperaba. Al nivel medio me adapté bastante bien”, destaca.

A partir de ahora alternará el calendario pro con el amateur. De hecho, el viernes corrió en Lemoiz. “Lo principal es el calendario profesional que me pueda aportar Cofidis, pero todo lo que pueda hacer en el equipo será genial también. Son oportunidades que no se pueden dejar pasar, son premios que solo pasan una vez. Aunque solo esté a prueba con ellos, es un escaparate para que te puedan ver otros equipos”, destaca.

El Tour del Porvenir, sin embargo, se ha caído de su calendario, una vez que la selección española no ha sido invitada. “En principio iba a correrlo y sí que es una faena. Todos los entrenamientos desde mitad de temporada se centraban en llegar allí lo mejor posible y la verdad que es una pena. Por suerte, voy a poder estar con Cofidis y todo lo que he entrenado lo podré sacar a la luz con ellos”, se consuela.

El paso definitivo a profesionales es el final de este camino. “Es para lo que estamos entrenando. El poder dedicarte al ciclismo profesionalmente es nuestro objetivo. La verdad es que ahora mismo no me planteo nada. Estoy disfrutando mucho de las experiencias que estoy viviendo y lo mejor es ir día a día. Si llega una oferta, evidentemente no se rechazará. Y si no llega, habría que plantear el futuro”, afirma.

Barceló ha recuperado la alegría y la ilusión en el Fundación Euskadi de Miguel Madariaga. “Sobre todo, he encontrado a un técnico, Jorge Azanza, que ama al deporte, que se involucra al máximo con todos los corredores. Incluso te diría que es casi un amigo, un sicólogo… El ambiente es muy bueno. Desde luego que estoy disfrutando muchísimo la verdad”, asegura.

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Barceló, ganador en Laukiz. Foto: Fundación Euskadi

Su temporada ha quedado marcada por su tercer puesto en El Acebo en la Vuelta a Asturias, donde ganó Nairo Quintana. Algo que no fue casualidad. “Ese puesto supuso mucho sacrificio antes de la competición, preparándome al máximo, como durante la carrera. Lo único que me sirve es para decir que si he estado allí, por qué no puedo estar en más carreras a ese nivel. Ya no solo es el hecho del puesto, sino que era la primera carrera que corres con profesionales, el estar mano a mano con Nairo Quintana, con corredores del máximo nivel, es algo superbonito y que no se puede olvidar”, recuerda.

Sergio Samitier y Jaime Castrillo, del Lizarte, y él forman una camada aragonesa que llama la atención. “Yo creo que es un poco espontáneo y casualidad, pero también dicen que las casualidades no existen. Solo hay un año de diferencia, hemos corrido juntos… Tenemos una muy buena relación y más de una vez sí que nos hemos juntado para entrenar. Ojalá lleguemos (a profesionales) los tres. Me alegría tanto por Jaime como por Sergio. Y si llego yo también sí que sería una pena que se marche (Vicioso) cuando llegamos tres corredores”, concluye.