El descanso tras la temporada ciclista: A la carta

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Wellens gana por delante de Mollema. Foto: Velon

El descanso es un periodo muy deseado por la gran mayoría de los ciclistas. Las temporadas, cada vez, son más extensas en el tiempo, y se hace duro mantener la concentración y motivación al 100% en las últimas citas del calendario.

Es por ello, que cada corredor podrá tener un periodo de descanso “a la carta”, dependiendo de cual haya sido su ciclo final de competiciones, y cuando requiera estar competitivo la próxima campaña. Además, también habrá que tener en cuenta, algunos condicionantes fisiológicos muy personales e individuales, como la tendencia a coger mucho peso (punto débil en los inviernos de muchos de los ciclistas).

Por todo ello, y tomando como referencia un ciclista que acaba la temporada a mitad de septiembre, yo le recomendaría continuar de manera suave y más espaciada con entrenamientos ligeros en bicicleta (3-5 salidas a la semana) hasta final de este mes. De esta manera, dispondremos del mes de octubre como el mes ideal para el descanso total.

Como he comentado antes, no hay un periodo claro o establecido para este descanso total, para algunos podrán ser 2 semanas o para otros podrían ser hasta 4. Analizaremos cuáles son las pretensiones y condiciones fisiológicas del ciclista, pero con los años hemos visto que 3-4 semanas de descanso de bicicleta no son perjudiciales para el rendimiento y que con un protocolo establecido y programado, puedan ser capaces de arrancar el siguiente año con las máximas garantías de dar un óptimo rendimiento ya desde las primeras citas competitivas.

Desde mi experiencia como ex corredor profesional, y ahora como preparador físico, en estas 3-4 semanas, a los ciclistas se les da libertad “total”. Han sido muchos meses de estar centrados y pendientes de un plan concreto y muchas veces exhaustivos, muchos viajes, muchas competiciones… Por todo ello pienso que es importante dar esta libertad “total” en este periodo.

Es verdad que muchos de los ciclistas, tienden por si mismos a hacer deporte de manera ociosa, deportes tales como el frontenis, trekking, o cualquier deporte de ocio. Convendría evitar, eso sí, deportes que impliquen un riesgo de sufrir lesiones de una manera fácil.

Tras este periodo de relax “total”, en el que la mayoría de ciclistas cambiarán morfológicamente y antropométricamente, conviene ya ejecutar un plan para la puesta en marcha, que dependiendo de las fechas podría ser de en torno a unas 14-15 semanas de entrenamiento sin competición. Actividades diferentes dependiendo de los gustos del deportista, (frontón, natación, trekking, MTB…) podrían tener cabida 1-2 días a la semana al principio de estos planes de iniciación, pero ya acompañadas de 3-4 salidas semanales de bicicleta de manera suave, y 2-3 sesiones de gimnasio a la semana.

Las sesiones en bicicleta tomarán un cariz más importante de cara a diciembre, aún acompañadas prioritariamente por 2 sesiones de gimnasio, pero ya dejando de lado cualquier otro tipo de actividad. A mediados del mes de diciembre, para la preparación de las temporadas amateur y profesional, será un mes en el que ya haya que meter grandes volúmenes de bicicleta, puesto que estaremos a 4-5 semanas del inicio, y los plazos así lo requieren. Podríamos realizar una sesión de gimnasio hasta el inicio de la temporada, y en muchos de los casos, podríamos mantenerla incluso en plena temporada de competiciones.

Así pues, no hay un protocolo general establecido al uso, cada sujeto tendrá unas pretensiones y unas “alarmas personales” diferentes, pero es una época clave para cargar las pilas y poder desconectar por un tiempo del estrés y carga que suponen el resto de meses en una temporada ciclista.