Bahrain-Merida, un proyecto diferente desde el primer día

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El sultán, micrófono en mano, en la presentación. Foto: © Team Bahrain-Merida / Iijima / Bettini / ANSA

La creación de un nuevo equipo en el ciclismo mundial siempre es una gran noticia. Y son muchas las miradas que se fijan en los gestores del equipo para conocer su pasado y poder intuir el desarrollo futuro del proyecto. Pero, en realidad, ¿quiénes mandan en Bahrain-Merida? La respuesta a la pregunta nos lleva a la conclusión del titular: estamos ante un proyecto diferente desde el primer día.

El equipo de Bahrain nació gracias a una única persona: el sultán Sheikh Nasser, una persona que es entusiasta practicante de los deportes de gran fondo, sobre todo, del triatlón. Fue el propio sultán quien tomó la decisión de comenzar esta aventura al más puro estilo de Oleg Tinkov. Pero eligió un camino muy diferente: quiso rodearse de un cuerpo técnico experimentado y dejarles voz y voto en la gestión del equipo. Por tanto, hablamos de un proyecto que tiene su pequeño componente de «juguete» de poderoso millonario, pero que está basado en un criterio deportivo y profesional de gestión.

La segunda persona más importante en el equipo se llama Milan Erzen. Fue ciclista profesional y ha sido mánager de equipos pequeños. Este esloveno no figura nunca en el primer plano de las fotografías. Pero es la persona de confianza del sultán y el hombre que toma las grandes decisiones deportivas y económicas. A partir de ahí, el equipo ha diseñado una estructura técnica muy bien consolidada.

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Slongo, Carera, Copeland, de izda. a dcha. Foto: © Team Bahrain-Merida / Iijima / Bettini / ANSA

Por un lado, Brent Copeland ha sido impuesto desde Merida, el segundo copatrocinador del equipo, como hombre para la burocracia, la gestión administrativa y el control global del proyecto. Además, Alex Carera abandonó la representación de corredores para centrarse en la coordinación de patrocinios del equipo. Y otro esloveno, Gorazd Stangelj, ha sido escogido como el máximo responsable de la dirección deportiva. Todo ello sin olvidar el equipo de preparadores físicos, que tienen en Paolo Slongo a su máximo responsable.

Con ese grupo humano de trabajo y con la elección de Vincenzo Nibali como indiscutible jefe de filas, un fichaje hecho directamente por el sultán de Bahrain, el equipo montó con lógica el resto de piezas del puzzle. Lo cierto es que desde el primer día quisieron demostrar que no iban a tirar el dinero con fichajes multimillonarios. Y apostaron por la prudencia y por completar un equipo lo más compensado posible, aunque con toques curiosos como la contratación de Purito Rodríguez para sumar puntos… y ser embajador del equipo y especialmente de Merida en el mundo.

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Nibali, el capo. Foto: © Team Bahrain-Merida / Iijima / Bettini / ANSA

La llegada de Ion Izagirre sirvió para sumar muchos puntos en el camino hacia el WorldTour, pero también para tener un buen jefe de filas en las pruebas de una semana y una alternativa a Nibali en las carreras de tres semanas en las que el italiano no vaya a estar. De momento, una caída en la contrarreloj le apartó de disputar el triunfo a Valverde y Contador en Andalucía, y acabó séptimo la París-Niza.

Con dos jefes filas para vueltas, el equipo buscó un buen puñado de gregarios de primer nivel. Y fichó a corredores como Agnoli, Javi Moreno, Siutsou, Pellizotti, Brajkovic, Navardauskas… ciclistas todos ellos con nivel suficiente para estar con los mejores en el llano, la contrarreloj y la montaña, según su especialidad.

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Izagirre y Moreno. Foto: © Team Bahrain-Merida / Iijima / Bettini / ANSA

Además, potenciaron deportivamente el bloque de velocistas con Sonny Colbrelli, ganador ya de una etapa en la París-Niza. O de Niccolo Bonifazio. E incluso incorporaron buenos clasicómanos como Enrico Gasparotto o Giovanni Visconti, sin olvidar jóvenes talentos como Iván García Cortina, Ion Ander Insausti, del Euskadi-Murias y primo de Ion, o el ex biker Ondrej Cink, que no es exactamente joven pero sí debutante en carretera.

A partir de ahí, sólo los resultados nos dirán si han acertado o no. Pero el inicio no está siendo nada malo, con dos triunfos en el bolsillo: etapa contrarreloj en San Luis, Navardauskas, y sprint en París-Niza, Colbrelli. Pero sobre todo con mucha presencia en carrera. El objetivo fundamental para el equipo en 2017 pasa por el Giro de Italia y Nibali, discreto aún en la Tirreno-Adriático. Un podio es el reto marcado por los gestores.

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Colbrelli, vencedor en París-Niza. Foto: © Team Bahrain-Merida / Iijima / Bettini / ANSA

Lo único cierto es que el equipo ha sabido crear una estructura profesional, algo que nunca es fácil cuando el equipo nace del deseo de un millonario que está enamorado del ciclismo. Pero es que Bahrain-Merida es diferente, muy diferente a los demás equipos.

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